Por: Rafael Peña Alvarez
Estamos apenas en los albores de una nueva revolución basada fundamentalmente en Ia “transformación digital”.
Las tecnologías digitales aceleradas, hoy en pleno desarrollo, están cambiando el curso de Ia humanidad como sucedió en el pasado con Ia invención de Ia imprenta; de Ia máquina de vapor; del cable de fibra óptica y Google. Lo único que pareciera ser constante es el cambio, y su ritmo hoy es exponencial.
Por eso me pregunto y les pregunto: ¿qué tipo de organización habrá que crear que se adapte y aproveche Ia revolución tecnológica en marcha?. ¿Como cada uno de nosotros podrá surfear esa inmensa ola?
Pienso que muy pronto esa revolución basada en Ia transformación digital hasta nos permitirá entre otras cosas comprar o imprimir artículos desde nuestro hogar o desde nuestra oficina.
Siento que las tecnologías digitales hoy en pleno desarrollo van a cambiar en profundidad el curso de toda Ia humanidad. Debemos prepararnos para ello. Y por ejemplo en el mundo de los negocios, Ia competencia a las grandes corporaciones, poco flexibles, Ia competencia provendrá de ideas desarrolladas por gente joven, con relativa baja inversión. Algunas nacerán en garajes, o en pequeñas oficinas. Asl nació UBER, hoy valorada en más de 25000 millones de US $.
Muy de seguro se inventarán soluciones que tendrán crecimiento exponencial y servirán para constituir en todos los ámbitos, nuevos negocios. Negocios que hoy no imaginamos.
Los cambios que hoy podemos observar en biotecnología y en robótica son realmente espectaculares. Los costos de fabricación de nuevos productos bajan rápidamente. Como ejemplo tenemos las impresoras en 3D; los sensores y los equipos para aprovechar energía solar. Y cada vez más nos estamos acostumbrando a dejar una buena parte de nuestra memoria en los teléfonos celulares y hasta en Ia nube.
Los llamados nano satelites, cada vez más chicos, están invadiendo el espacio alrededor del planeta abriéndonos un sinfín de oportunidades, y multiplicando Ia información a nuestro alcance. Lanzarlos al espacio hoy cuesta una mínima parte de lo que costó lanzar los primeros satélites en las décadas 60/70. La miniaturización en Ia electrónica es una tendencia real.
Cuando hace apenas 12 años Steve Jobs presento el I-Phone de Apple probablemente no imagino que cambiara radicalmente el mundo conocido, haciéndonos pasar a un mundo en el cual pensar en forma lineal no es suficiente. Hoy estamos obligados a pensar en forma exponencial. El cambio superacelerado y hasta disruptivo nos obliga a ello. Tenemos que aprender a manejarnos en ese nuevo mundo