En el mundo globalizado en el que vivimos las empresas deben enfrentarse diariamente a desafíos financieros, de recursos humanos y de marketing; siendo el último el que más demanda creatividad y acción inmediata para que no se convierta en un problema al momento de desarrollas campañas publicitarias.
Poder destinar nuestros mensajes a todo el mundo no es tarea fácil, puesto que existen barreras culturales que hacen del mensaje un elemento que puede ser multiplicador de las ventas o todo lo contrario.
Para romper estas barreras existe un elemento clave que -bajo ningún concepto- podemos olvidar, se trata de segmentar al mercado cultural y socio-económicamente. Es decir, segmentar a nuestro público por clases sociales, grupos religiosos, culturales o éticos, nivel de educación, situación laboral y renta disponible.
Una segmentación detallada permitirá que dirijamos el mensaje al mercado objetivo correcto, entendiendo que disfrutará y entenderá el mensaje, además de los beneficios que brinda el producto o servicio que ofrecemos.