Respira profundo… y hazte las siguientes preguntas:

¿cómo arranco mi negocio? ¿qué te gusta hacer?, ¿crees que puedas convertirlo en algo que solucione problemas reales de las personas? ¿Estás convencido de tomar el duro camino de independizarte y pararte sobre tus propios pies?

Ahora vamos a dar pequeños pasos juntos:

1. Céntrate en lo que eres bueno, lo que te gusta hacer: la competencia existe y es ardua, pero amar con pasión lo que haces hará la diferencia. Deportista, artista, músico, chef, community manager, azafata… “Zapatero a su zapato”. La última novedad, el boom del mercado es algo efímero, tu talento y la motivación que le pongas perdurará por siempre. Por ello, emprender no es una moda, es una actitud.

2. Define en detalle lo que quieres lograr y cómo lo vas a hacer: no te hace especial ser únicamente un chef, es mejor ser el especialista en pastelería francesa. Emprender está en lo que te hace diferente. Esto te ayudará a centrar tu meta y a atraer a los clientes a los que en verdad les guste lo que haces. Toma cursos si lo requieres; toma horas de vuelo, planifica tus estrategias.

3. Una cosa a la vez: los negocios exigen cada vez más dedicación, agobiándote. Utiliza una o dos redes sociales para empezar, un blog o página web y un teléfono de contacto, son más que suficiente para empezar. Centra tus esfuerzos en atraer y satisfacer mejor a tus clientes, y deja que tu trabajo hable por ti.

4. Recuerda siempre que para emprender tu negocio debes tener una actitud positiva en todas tus decisiones.

Y si te ves agobiado, ¡estamos aquí para ayudarte!