43.- Muchas veces nos dejamos consumir por el inmediatismo de todos los días. Pareciera que nunca tendremos tiempo para dedicarnos a nosotros mismos. Desde que nos despertamos tenemos la sensación que el día no nos va a alcanzar para todo aquello que debemos hacer. Y por esa “falta de tiempo” no identificamos en forma adecuada rasgos personales que nos limitan ser eficaces en nuestra gestión gerencial. Vivimos en un permanente stress que nos pone de mal humor descuidando un rasgo muy importante y altamente apreciado por los equipos de trabajo: estar alegre. Estar verdaderamente alegre. Para ello es importante que nos sintamos satisfechos con nosotros mismos, con lo que hacemos y con lo que podemos hacer para progresar. En esa línea estoy convencido de que los gerentes que progresan y hacen progresar a sus equipos y a sus empresas, son aquellos que persiguen las circunstancias que quieren, y si no las encuentran, procuran crearlas.
44.- Y si la alegría es un lugar común en el quehacer diario de un Gerente, normalmente reconocerá la labor de los integrantes de su equipo. Y ese reconocimiento permitirá que quienes lo reciben tengan una alta autoestima, y estén dispuestos a trabajar con más empeño en pro de los objetivos que se persiguen. En ese sentido es muy importante para quienes gerencian, buscar distintas formas de reconocer el trabajo de sus colaboradores, buscando tener claro que es lo que más motiva a cada uno de ellos. Si eso se logra, muy probablemente cada uno de ellos se sentirá orgulloso de pertenecer a la organización y querrán mantenerse en ella.
45.- Todo empleado desea ser reconocido por sus logros, pero también quiere ser valorado como ser humano. Quiere que se le respete por lo que hace y por lo que es. De allí la importancia en toda empresa de dar oportunidad para aprender y para crecer. Y quien ocupa nivel gerencial es quien tiene la mejor posición para otorgar un reconocimiento coherente, sincero y significativo al empleado. En ello, el feedback instantáneo es muy importante. El reconocer servirá además, para que ese estilo tenga efecto demostración y baje en cascada a todos los niveles de la empresa. Y los empleados con alta autoestima y alegres, muy probablemente harán adecuadamente su trabajo y atenderán mejor a clientes, proveedores y relacionados.
Econ. Rafael Peña Álvarez