Cada año, cada momento, tiene sus exigencias y sus particularidades. Aunque los líderes, los gerentes y los administradores no se cambian todos los días, el mundo contemporáneo, sujeto a los asombrosos avances tecnológicos y a la dictadura de los mercados, exige capacitación y formación permanente.

Ya no vale el ejecutivo trabajador. El que madruga y llega a la oficina a primera hora. El que da órdenes y su equipo le obedece sin ningún atenuante. Aunque estos son atributos que persisten, resultan insuficientes y si no se complementan equivalen a regresar a aquellas épocas pretéritas donde el conocimiento parecía no envejecer.

Hoy no: “el conocimiento se atrofia todos los días, ante la dinámica de los mercados, el cambio constante de hábitos y costumbres, la obligación de satisfacer más que necesidades tradicionales y la aparición súbita de incertidumbres.

¿Cuáles son esas características del líder y del gerente moderno? Los tratadistas tienen muchas sugerencias, pero se pueden resumir en cinco:

Multilingüista. Debe dominar varios idiomas y si no miren la diversidad de tratados comerciales internacionales. Ya no basta el bilingüismo. “Ese era un requisito de hace unos años, pero ya no es suficiente”, afirma el presidente de la ANDI, Luis Carlos Villegas. La mayoría, por no decir todos, los gerentes de las empresas de Europa del Este son multilingüistas. El mandarín hay que incluirlo dentro de la diversidad de idiomas a elegir.

Creativo, innovador, curioso. Los negocios no son estáticos. Lo que hoy es mañana no lo es. Son cambiantes y se necesita capacidad de adaptación. Por lo tanto las cúpulas de las organizaciones deben estar conformadas por personas con mucho nivel de creatividad, capaces de modificar procesos, culturas corporativas y saltar a nuevos mercados, inclusive con las mismas herramientas tecnológicas disponibles. Hay que ser curioso, dinámico y capaz de jalonar el cambio. Si el líder no es así, su equipo perderá dinámica.

Crítico y analista de los entornos. El líder moderno, el del 2013 y años venideros, tiene que ser culto, con muchos sellos en su pasaporte, capaz de entender los movimientos del mundo, entender los contextos de manera crítica con el fin de analizar los entornos y tomar decisiones de la forma más acertada. Ya no hay mercados cautivos y lo que suceda en el extremo sur de África, nos puede afectar negativa o positivamente.

Flexible al conocimiento. El ejecutivo actual tiene una obligación ineludible: capacitarse y formarse permanentemente. Es decir, adquirir las nuevas habilidades y destrezas que vayan surgiendo (por ejemplo en las herramientas y aplicaciones tecnológicas), y lograr conocimientos profundos en áreas específicas del saber.

Motivador. Recuerde que el talento rota y ya no es suficiente el salario y el cumplimiento con las normas legales. Retener el buen empleado implica entusiasmar, motivar, generar pasión, ilustrar, producir confianza y afecto, certidumbre y credibilidad. El sicólogo y autor de varios best seller, Daniel Goleman, sostiene que la motivación pesa un 70% en el éxito empresarial. Sin embargo, hay en nuestro medio equipos de trabajo, que parecen estar en una celda. “El trabajo no se puede convertir en una cárcel”, afirma el autor de “La Culpa es de la Vaca”, Jaime Lopera Gutiérrez.

De modo, que en este 2013, que apenas está empezando, una de las metas debería ser pensar en qué tipo de líder soy y cómo puedo mejorar. ¿Difícil? De pronto, pero el crecimiento personal y profesional exige retos y desafíos que no están en la tienda de la esquina.

Fuente: latinpymes.com