Cuando el cliente se enfrenta a un producto, servicio o marca ninguno de sus componentes carece de significado. La tipografía o el empaque pueden ser un elemento crucial al momento de tomar la decisión de compra por parte del consumidor.

En este punto, el color tiene una acción evidente sobre la percepción de lo que vayamos a ofrecer. Este elemento tiene un impacto directo sobre las emociones de los compradores, en la mayor parte del tiempo de manera inconsciente.

El color es una de las maneras más sencillas de brindar información a cualquier elemento visual sin que el cliente esté consciente de ello. Sin embargo, existen ciertos colores que tienen significados establecidos socialmente: el negro se asocia a la sofisticación o elegancia, azul genera simpatía por lo que conlleva a fidelizar, el borgoña es un color atribuido al lujo, verde simboliza ecología y sostenibilidad, el amarillo a la comida rápida y así otros colores van adquiriendo significado de acuerdo a la reacción o emociones que generen.

Es importante recordar que las apreciaciones de los colores y las emociones que estos puedan generar, varían dependiendo de la cultura en la que se desenvuelve el consumidor. Por eso debemos tener claras nuestras metas de expansión y nuestros públicos al momento de elegir un color para la imagen de nuestra marca.