Cuando un gerente, sin haberle indicado previamente a un trabajador lo que de él se espera, le reprende, muy probablemente no logrará su objetivo. Por ello es necesario indicarle con claridad cuales son los límites de decisión autónoma que tiene; cual es el aporte que de él se espera; de cuales instrumentos de trabajo dispone. Solo así podrá exigirle un adecuado desempeño. Y si además logra que el trabajador internalice la importancia que su aporte tiene para el logro de los objetivos de la empresa, muy probablemente tendrá un trabajador comprometido y motivado

Los trabajadores deben ser formados para que puedan utilizar sus conocimientos con eficacia; facilidad y oportunidad, como una reacción intuitiva y natural. Esa es la verdadera capacidad.

Un buen gerente es aquel que logra que los integrantes de su equipo sepan hacer las cosas como las hacen los buenos profesionales. Con eficacia. Con dedicación. Con competencia. Preocupados por la perfección en el pequeño detalle. Nunca por salir del paso. Eso permitirá obtener productos o servicios de excelencia y diferenciarse de la competencia.

De allí la necesidad de invertir en el crecimiento personal y profesional del recurso humano para que cada vez más se convierta en humano con recurso.

Econ. Rafael Peña Alvarez