El éxito de una gestión organizacional depende de integrar de forma efectiva dos funciones claves: liderazgo y gerencia. Ambas son fundamentales para el logro de las metas y objetivos de una compañía, sin embargo, estos elementos suelen ser características de dos personas diferentes dentro de una organización.

La diferencia entre el líder y el gerente radica –principalmente-  en su motivación, historia personal, forma de pensar y de actuar. Los gerentes suelen asumir una postura más impersonal y a veces hasta pasiva con las metas, a diferencia de los líderes cuyo objetivo está basado en promover el cambio.

Lo correcto es que un gerente –además de gerenciar- sea líder, es decir, determine los objetivos adecuados y el plan de acción, y además influya sobre sus empleados para lograr dichas metas. Es fundamental que el gerente desarrolle una capacidad de liderazgo que le permita tener conocimiento de las funciones y los procesos de quienes conforman su grupo de trabajo.

Acá te presentamos algunas características que debe tener un gerente con capacidad de liderazgo:

  • El grupo se identifica con sus valores.
  • Garantiza a su equipo de trabajo defendiendo sus intereses.
  • Tiene habilidad para manejar situaciones críticas.
  • Facilita el desarrollo y la expansión de sus colaboradores.
  • Proporciona beneficios a los trabajadores formando parte del proceso.