Por Alexis Olivares.

Vamos a hablar de ese monstruo de muchas cabezas que es la Estructura de Costos de las empresas. En la actualidad, más que en ninguna otra época, el conocer al detalle lo más posible la estructura de costos nos asegura la supervivencia empresarial. En el pasado el mercado soportaba las ineficiencias de la misma, el margen compensaba todo lo malo, o todo lo No organizado, o todo lo no controlado, ahora todas esas variables están en nuestra contra y tenemos que reinventarnos para poder domarlas a todas. Tenemos que volver a estudiar nuestros productos.

Los productos son como nuestro hijos, algunos son muy buenos, otros no tanto, algunos se defienden solos, otros no, algunos lucen por si solos, otros tenemos que ayudarlos más, pero son nuestros hijos. Tenemos la obligación de conocerlos, ayudarlos, formarlos, protegerlos, hacer todo lo necesario para que salgan adelante, así hay que hacer con nuestros productos empresariales.

El conocimiento de nuestros productos comienza por saber cómo se configura el precio, todas las variables que influencian el mismo, conocer quién es el eje principal o variable fundamental que lo mueve y quién no. Muchos empresarios conocen muy bien la formula prima de su producto, pero no conocen como afectan las variables que están fuera de esta.

Comencemos el análisis por el principio, debemos contestar las primeras preguntas: ¿Qué activos necesito para producir?, ¿Cuál es su valor de reposición hoy?, ¿En cuánto tiempo lo repongo?, esta cuota parte es lo primero que debe estar en el precio. Después debemos hacer un Master en Recursos Humanos, es decir, conocer cuáles son los derechos de los trabajadores y cuáles son las obligaciones que tiene el empresario con este. Cada vez que el salario mínimo se mueve, el precio se mueve, no solamente por el incremento directo del costo del personal sino por la retroactividad de las prestaciones, allí está el detalle como diría Cantinflas.

Pasamos ahora a los costos y gastos fijos (ya pasamos por el personal), todo aquello que necesitamos pero que no está relacionado directamente con el producto como por ejemplo luz, teléfono, agua, seguros, alquileres, honorarios profesionales, artículos de oficina, etc.

Llegamos al costo primo o los costos variables, aquí el empresario se destaca, conoce muy bien la fórmula de su producto, pero hasta al más experimentado se le escapa la liebre. Debemos incluir la merma en producción, la merma en operación y la merma financiera.

Pareciera que estamos listos para corroborar que nuestro precio es el correcto, pero falta una variable que no depende del empresario, y es fundamental en todo negocio, ¿sabe cuál es?…el volumen de venta, podemos tener una estructura de costos casi perfecta, pero si el volumen de venta no es el adecuado tenemos un problema. Aquí calculamos el punto de equilibrio y podemos establecer metas de venta, monitorearlas y tomar decisiones en caliente.

Manejar todo lo que hemos visto configura el precio, ya tenemos la estructura de costos clara, ya no es un monstruo de múltiples cabezas, ya la tenemos dominada, ahora a trabajar.