Mucho de lo que hacemos en los procesos de análisis estratégico tiene que ver más con el sentido común que con el producto de sesudas reflexiones. Claro que, como suele suceder con “el menos común de los sentidos”, tenemos la costumbre de obviarlo y hasta de contradecirlo. Ello se aplica, por ejemplo, al muy popular análisis FODA que analizamos en nuestro artículo anterior. Por ejemplo: que otra cosa, si no es un FODA, haríamos si un mal día acabásemos náufragos en una isla desierta. Les aseguro que, sin necesidad de ningún manual, rápida e intuitivamente procederíamos a un inventario de nuestras Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas. Es decir, verificaríamos nuestras reservas de agua, nos alegraríamos de haber realizado aquel curso se supervivencia, lamentaríamos no tener un equipo de pesca, veríamos qué materiales hay disponibles para construir un refugio, tomaríamos nota de los animales peligrosos, etc.
Pero otra cosa es el contexto empresarial. Allí se hace necesario que esa lógica tan intuitiva se sistematice, se plasme en herramientas que podamos compartir y que resulte útil para tomar decisiones correctas. Ese es el espíritu del FODA en tanto mecanismo de diagnóstico o fotografía de la realidad interna y externa de la empresa. El FODA, sin embargo, requiere tender un puente hacia la acción concreta, y una de las formas de hacerlo es el denominado Análisis CAME; siglas que en español traducimos como Corregir (las debilidades), Afrontar (las amenazas), Mantener (las fortalezas) y Explotar (las oportunidades). Este análisis supone que, dependiendo de cada aspecto, habremos de escoger entre estrategias defensivas, ofensivas, de reorientación o de supervivencia.
Sería muy largo para este espacio explicar a fondo el método, pero sí podemos advertirles que para nada basta con enunciar las acciones a tomar en cada uno de esos cuatro ejes. Lo realmente efectivo es formular para cada caso objetivos que tomen en cuenta la disponibilidad de los recursos necesarios, los plazos que nos fijamos para cumplirlos y los indicadores que nos permitirán verificar su cumplimiento.