¿Te disgusta tu trabajo? ¿Temes tu alarma matutina, ese heraldo estridente de la monotonía del día? Si es así, no estás solo. De hecho, usted está como la mayoría: un asombroso 80 por ciento de los trabajadores reportan estar desconectados o insatisfechos con su trabajo. ¿Cuál es la razón detrás de esta estadística deprimente?
Uno de los factores más importantes es los malos líderes. Nadie quiere enfrentarse día tras día de ser dirigido por alguien que ni escucha, ni cree que hay más de una forma de hacer las cosas.
Un rasgo común a los malos jefes es que creen que saben todo. Los grandes líderes, en contraste, saben que especialmente en el entorno caótico y cambiante de hoy, es imposible saberlo todo.
Las universidades y los hospitales, así como las compañías farmacéuticas y tecnológicas, están favoreciendo el liderazgo participativo, lo que lleva a los empleados de todos los niveles al proceso de toma de decisiones. En lugar de adherirse al modelo tradicional de que todos obedezcan órdenes transmitidas desde lo alto, estas organizaciones están implementando estructuras más democráticas y de colaboración.
Los buenos líderes entienden el poder de una comunicación significativa, así que prohíba los teléfonos móviles de la sala de reuniones.
Todos los buenos líderes saben que un buen trabajo en equipo requiere una comunicación clara entre los miembros del equipo. Y muchos estudios recientes han demostrado que los teléfonos móviles pueden impedir que su equipo logre la comunicación de calidad que necesita para tener éxito.
Los grandes líderes comparten tres atributos, pero los líderes pobres tienden a tener una cosa en común.
El primero es la confianza en sí mismo. Los grandes líderes están tranquilos bajo presión, tienen claridad sobre sus creencias personales y profesionales y están seguros de su capacidad para obtener resultados.
El segundo es un espíritu proactivo. Esto típicamente aparece en los líderes como optimismo, entusiasmo y ayuda. De la misma manera, los grandes líderes son diligentes y confiables, y cuando dicen que van a hacer algo pueden confiar en que seguirán adelante. En otras palabras, respaldan sus palabras e intenciones con acción.
El tercer atributo es la capacidad relacional. Este se manifiesta en los líderes como simpatía, empatía y sensibilidad a las necesidades del personal. Como resultado, los mejores líderes inspiran un sentido de lealtad y compromiso en sus seguidores, que no están simplemente dedicados a la causa, o la compañía, sino al líder como persona.
Ahora, solo porque un líder tenga uno o dos de estos atributos no lo convierte en un buen líder. De hecho, los peores jefes tienden a tener demasiada confianza en sí mismos, también conocido como arrogancia. Esto es a menudo el resultado de su experiencia en el éxito en algún otro contexto, que luego les llega a la cabeza, lo que hace que se sientan demasiado confiados en sus habilidades. Esta arrogancia puede tener resultados desastrosos.
Los mejores líderes promueven la confianza y aseguran que el personal se sienta atendido y valorado.
Los líderes eficaces y libres de estrés se mantienen tranquilos y confiados bajo la presión y no se preocupan por lo que no pueden controlar, hay formas en que los líderes pueden disminuir la cantidad de estrés que están experimentando.
Una de las mejores cosas que un líder puede hacer es recordar que muchos factores están fuera de su control y que es inútil gastar tiempo y energía luchando con cosas que no se pueden controlar. Entonces, tenga en cuenta que la forma en que reaccionan los demás, el rendimiento de la economía y lo que sucedió en el pasado están más allá de su influencia.
Cuando te encuentres obsesionado con algo, da un paso atrás y sé honesto sobre si no puedes hacer algo con respecto a la situación.
Puede ser difícil no preocuparse por ciertas cosas, incluso si sabe que esas preocupaciones son de poca ayuda. Así que trate de mantener una perspectiva saludable y recuerde que la vida es corta, y sería una pena gastar demasiado al respecto por cosas que simplemente no puede alterar.
Los grandes líderes se hacen cargo de su propia vida, hábitos y comportamiento. Las claves para un liderazgo efectivo y exitoso incluyen ser honesto acerca de sus limitaciones, mostrar confianza en sí mismo y crear fuertes lazos de confianza. Con estos atributos en mente, los líderes de hoy pueden llevar a su equipo a nuevos niveles de éxito.
Las investigaciones han demostrado que la clave para el liderazgo exitoso no es evitar cometer errores, sino aprender de los errores y entender qué es lo que se debe evitar en el futuro. Para convertir sus errores en lecciones valiosas, pregúntese si hubo señales de advertencia antes de los errores que cometió. También puede dirigirse a colegas de confianza y hacerles la misma pregunta para ver si notaron alguna señal de advertencia. Luego, compare sus percepciones con las de sus colegas para asegurarse de no terminar repitiendo los mismos errores.