Una marca es mucho más que un logotipo. Es fruto de la estrategia que define una empresa para presentarse ante su público y conseguir sus objetivos. Cuanto más fuerte sea la identidad de una marca mejor resistirá los vaivenes de estos tiempos tan inestables.

Fortalecer nuestra marca puede convertirse en todo un reto y para conseguir este objetivo es importante tener en cuenta algunos factores y claves vitales.

Una estrategia sólida

La estrategia de marca tiene como objetivo buscar la propuesta de valor de la empresa o producto. Alrededor de ésta articulamos toda la comunicación. Un atributo claro y diferenciado que nos distingue de la competencia y alrededor del que construimos la comunicación y el discurso comercial.

Identificación del público objetivo

Definir a quién se dirige la marca o empresa, qué le interesa a este público, investigar dónde está para estar también presentes nosotros. Hemos de pensar en el público como personas individuales con sus gustos e intereses.

Identidad visual de marca

Es el símbolo que nos viene a la mente cuando pensamos en una marca. Bien construido tiene un enorme poder para representar la esencia de la marca y representar la forma de ser de la empresa. Esta forma de ser atraerá a uno u otro perfil del público.

Tono de la comunicación

Definida la personalidad de la marca elegimos la forma de dirigirse al público. Este tono se refiere a los mensajes, las fotografías, los vídeos, todos los elementos que forman los mensajes de la marca.

Depende de la personalidad y público puede ser más o menos serio, más o menos formal, etc… Ayudará a generar confianza y credibilidad.

Canal

El canal define qué vías elegimos para acercarnos y conversar con el público. Tenemos muchas opciones; redes sociales, blogs, asistencia a feria, emailing, marketing directo, etc. Tenemos que elegir la más adecuada a la personalidad de la marca, los objetivos y el público.

Coherencia, coherencia y coherencia

Todos los puntos expuestos hasta ahora cobran sentido cuando se complementan y son coherentes entre sí. Siendo coherentes emitiremos mensajes claros y únicos de quiénes somos y qué ofrecemos.

La coherencia se trabaja hacia el públicos y ha de formar parte de la filosofía de la empresa. Así todas las personas que interactúen con la marca serán capaces de vivir una experiencia única y claramente vinculada con los valores de la empresa.