Vuelve a estudiar tu plan de negocios: No archives tu plan de negocios tan pronto superas tu etapa de apertura. Utilízalo como referencia para que tus estimados ahora reflejen la realidad. Inclusive pequeñas alteraciones del mercado pueden requerir que alteres tu plan o desarrolles nuevos planes de contingencia.
1) Administra bien tu tiempo: Es relevante aprender métodos que nos permitan administrarnos correctamente en el tiempo: en nuestras actividades laborales, profesionales, sociales, físicas, fisiológicas, espirituales y familiares, lo que redundará positivamente en nuestra calidad de vida.
2) Mira los números con detenimiento: Tus informes financieros proveen información sobre la salud de tu negocio. Proyecta la liquidez con algunos meses de anticipación basándote en expectativas razonables de ventas e ingresos, demanda de tus productos y servicios, pagos recurrentes (por ejemplo, pagos de préstamos y alquiler) y otros factores. Al comparar la verdadera liquidez con tus proyecciones podrás encontrar cambios que te ayudarán a mejorar tu desempeño.
3) Establece Objetivos: Establece un objetivo claro, conciso y medible. “Incrementar las ventas” no es una meta porque es ambigua y poco mesurable. Es mucho más concreto decir: “Incrementar las ventas 20 por ciento en promedio durante el trimestre julio-septiembre”.
4) Delega las tareas que consumen mucho tiempo: Un negocio en expansión seguramente demanda más de tu tiempo. Por eso es importante que identifiques a tus empleados que tienen la capacidad de manejar esas responsabilidades diarias y administrativas. Ellos apreciarán la oportunidad de crecer personal y profesionalmente y tú tendrás libertad para concentrarte en el camino frente a ti.
Fuente: PlanEmprendedor