Eres tu propio jefe – ¿Estás cansado de tu jefe y del trabajo que odias? Si comienzas tu propio negocio, la única persona con la que tienes que lidiar eres tú. Siendo jefe, puedes hacer las cosas a tu manera e implementar tus planes. Claro, vives o mueres por tus decisiones…

Haces lo que te interesa – Lo bueno de ser un emprendedor es que tú escoges qué tipo de compañía lanzas y en dónde. Por lo tanto, si investigaste bien y encontraste un hueco en el mercado, puedes convertir tu interés en una empresa rentable.

Tus metas, tus fechas – En tu propia empresa tú estableces las metas y las cumples en tus tiempos. Obviamente no podrás quedarte en la cama hasta las 2 de la tarde, necesitarás auto-disciplina. Pero cumpliendo las metas que tú estableciste, puede ser una gran motivación para esforzarte y empujar el negocio adelante.

Ser creativo – Si has considerado ser un emprendedor, has considerado hacer las cosas a tu manera. Ser emprendedor te da la libertad de expresarte y desarrollar tu concepto como lo diseñes. Siempre va haber limitaciones financieras, pero la habilidad de ser tan creativo, hace el trabajo mucho más interesante que un trabajo normal.

Puede ser muy rentable – Si piensas que sólo las grandes corporaciones generan ganancias importantes, te equivocas. Existen muchas historias de empresarios que identifican grandes ideas, y que están en camino del millón al final del primer año de desarrollo. El proceso de lanzar un negocio puede ser difícil, con horas largas y poco dinero, pero si manejas tu negocio bien, las recompensas pueden ser enormes. Y, desde un punto de vista muy egoísta, te quedarás con la mayoría de las ganancias.

Es variado – Viendo reportes un minuto, proveedores el próximo y, luego, verificando que todo va bien en la oficina, el trabajo del emprendedor es variado. Si tu trabajo no te inspira, al crear tu propia empresa estirarás tus habilidades al máximo. Si quieres una carrera en la que cada día es diferente, entonces ser emprendedor podría ser para ti.

Puedes tener un segunda carrera – Por supuesto, si no quieres arriesgar la pérdida de ingresos regulares, siempre puedes tener lo mejor de los dos mundos al quedarte como empleado mientras gestionas tu propia empresa. Aunque manejar los dos puede ser delicado, también puede ser una opción muy rentable. Haz algo que te interese y lánzate.

Elimina la conmutación – Aunque muchas PyMES operan desde oficinas, muchos emprendedores trabajan desde casa, eliminando gastos en las primeras etapas del negocio. Además, ¡no perderás tanto tiempo en el tráfico!

Tu gran sueño puede hacerse realidad – Puedes pensar que una pequeña empresa no te llevará a nada más que a tener tu propio escritorio. Pero realmente es posible hacerlo en grande. Por ejemplo, Anita Roddick abrió una pequeña tienda (Body Shop) con muy poco dinero; ahora es una franquicia mundial. Si sueñas en convertirte en el próximo Carlos Slim, no lo dejes como fantasía, podría realmente pasar. ¿Qué esperas?

Fuente: yosoypyme.net