Emprender un negocio no es tarea fácil, sin embargo hay errores que hacen más ardua la tarea de emprender.

No permitas cometer estos trece errores comunes del emprendedor:

  • Falta de experiencia en el sector: debes investigar sobre el mercado en el que deseas insertarte para determinar si efectivamente tu proyecto va a tener aceptación del mercado, conocer a la competencia y tu capacidad de enfrentarla.
  • Mala ubicación: estar al alcance de nuestro público objetivo es vital si deseamos tener éxito. Procura instalarte en una zona de buena afluencia de personas que conformen tu target.
  • Carencia de Plan de Negocio: el Plan de Negocio te ayudará a entender los puntos clave, evitar errores, hacer proyecciones, conseguir capital o préstamos para tu empresa.
  • Perder más tiempo del necesario en la estrategia y elaboración del producto: en la búsqueda del producto y la estrategia perfecta se pierde muchísimo tiempo. Es preferible tomar una decisión analizada, equivocarse y corregir que no empezar buscando la perfección.
  • Capital insuficiente: un capital corto puede ser la sentencia de un buen proyecto a los pocos meses. Suele pasar con frecuencia que los emprendedores calculan un capital sólo un poco por encima de la inversión inicial confiando en las ventas, y esto no siempre se cumple.
  • Falta de mercado: debes identificar claramente a tus consumidores y asegurar que la demanda será suficiente para lo que ofreces.
  • Querer empezar como los grandes: no malgastes el dinero adquiriendo la última generación en equipos o maquinaria. Recuerda que los inicios de un negocio no son fáciles, es preferible que tengas una sola sucursal, con plantilla ajusta y maquinaria de segunda mano que te lleven al crecimiento, a tener tecnología de punta para una empresa en quiebra.
  • Crecimiento excesivo: a veces el emprendimiento va muy bien y crece rápidamente, pero por falta de experiencia no se adapta la estrategia financiera y el éxito del negocio termina siendo su propia condena. Si esto ocurre –un éxito repentino- debes desarrollar un plan estratégico en función del crecimiento sostenido experimentado.
  • Poca publicidad: aunque tu empresa sea pequeña es imperativo que le hagas publicidad y promoción. Debes darte a conocer y dejar de creer que los clientes “vendrán solos”.
  • Creer que puedes hacerlo todo solo: debes rodearte de un equipo de trabajo eficiente con el que puedas afrontar los retos para salir adelante.
  • Rendirse pronto: emprender no es sencillo, requiere de mucha paciencia y empuje. Puedes sentirte agobiado en muchos momentos pero no es razón para tirar la toalla; debes darle chance a tu negocio de madurar para que puedas ver los frutos. Recuerda que -por lo general- no verás los beneficios en el corto plazo.
  • No poner al cliente como prioridad: tu cliente es lo más importante siempre; debes escucharlo y poner sus necesidades en primer lugar ya que estas son la razón de tu empresa.
  • No adaptarse al entorno: el mercado y los clientes son agentes dinámicos en constante cambio. Debes adaptarte a ellos para ir mejorando continuamente y optimizar los procesos. Si no te adaptas comenzarás a quedar por fuera.