Todo emprendedor, ya sea pequeño o grande, debe estar atento a los sucesivos cambios en la conducta, costumbres y hábitos de compra de los consumidores, así como a los precios de posibles competidores. Para eso es vital tener bien presente una herramienta clave como el estudio de mercado, arma que permite conocer el contexto en el cual se insertará nuestro producto.

El estudio de mercado, según lo expresa el “padre” del Marketing, Philip Kotler, “nos da la posibilidad de reunir, planificar, analizar y comunicar de manera sistemática datos relevantes para la situación de mercado específica que afronta una organización”.

¿Cuáles son los puntos claves a tener en cuenta en este tipo de estudios?

– Análisis de la situación: Esto implica investigar en sectores gubernamentales, internet, libros y revistas para encontrar la información necesaria sobre las tendencias actuales en manera económica.

– Análisis de la demanda: Este punto permite encontrar nuestros objetivos. Nos aclara muchas situaciones, como conocer los gustos y preferencias de los consumidores potenciales, y demás datos que nos beneficiarán para moldear los distintos tipos de futuros compradores.

– Proyección de ventas: Sirve para tener en cuenta y ser prevenidos en torno a qué y cuánto nos comprarían nuestros futuros clientes. Para esto es necesario haber recopilado la mayor cantidad de información posible al analizar la demanda que podrá tener nuestro producto y/o servicio.

– Análisis de la competencia: Este punto nos describe los diferentes competidores del sector. Se lo utiliza para conocer sus fortalezas, canales de distribución, atractivo para sus clientes, medios publicitarios, etc. El propósito es encontrar nuestro punto de ventaja con respecto a los demás competidores.

– Estrategia de Marketing: Consiste en recalcar los principales aspectos de nuestro producto, medios para hacer llegar el mensaje que pretendemos, proveedores, ubicación, packaging -imagen del producto- y demás atributos para acaparar la mayor cantidad de futuros compradores.