La planificación financiera es un proceso en marcha o continuo que asiste a empresa en la toma de decisiones sensatas sobre el dinero, que le puede ayudar a alcanzar sus metas. Es de suma importancia debido a que la planificación financiera radica en que le permite a la empresa tener un mapa de ruta que marque el camino que habrá de tener el dinero dentro de la gestión financiera.

Esta permite crear escenarios en donde se contemplen las diferentes realidades, y el abordaje adecuado que logre extraer el mayor beneficio posible. Los pasos para establecer dicha planificación son:

  • Definir los objetivos: sin objetivos definidos los esfuerzos por tener una buena gestión del dinero son en vano. Por lo que, es necesario establecer cuáles son esas cosas que se quieren alcanzar y que ello sea la base que sustente la planificación financiera.
  • Evaluación de su realidad financiera: luego de tener definidos los objetivos es necesario estar consciente de con qué cuenta y qué le hace falta. Para ello se invita a las empresas a hacer una evaluación de cuál es su realidad financiera.
  • Establecer un plan de acción y la estrategia: representa la maqueta financiera. Es el momento en el que hay que establecer un mapa de ruta de lo que se quiere lograr y la manera en que se va a llevar a cabo. En la medida de lo posible, se debe ser específico y detallista tanto en el plan como en la estrategia que se vaya a utilizar.
  • Ejecución del plan: lo más importante en todo lo planteado es la ejecución del plan. La manera en que se hace realidad aquello que se planeó. La clave es el apego al plan al pie de la letra y la disciplina para mantener su curso.

Sin embargo, la planificación no es una camisa de fuerza; todo lo contrario, los objetivos son el principio que marca la pauta para los ajustes que se vayan a hacer. Es decir, en la medida en que se vayan logrando entonces el plan va viento en popa, de lo contrario es necesario identificar cuáles aspectos deben ser modificados para obtener el éxito.