28. Desde tiempos muy remotos  Séneca,  filosofo latino oriundo de  Córdoba,  señalaba que ” si una nave no sabe a que puerto se dirige, todos los vientos le son contrarios”. Eso era válido A.C y sigue siendo válido D.C y sobretodo en este Siglo XXI.  De allí la importancia que toda empresa tenga su PLAN DE NEGOCIOS para que pueda establecer que es lo que debe hacer para alcanzar sus metas, desagregando en lo posible como sacar el  máximo provecho de sus recursos; del mercado; de los productos o servicios que ofrece; de su capital y  su patrimonio; de la tecnología que utiliza; de la información que maneja; y de las capacidades humanas de que dispone; todo ello en un período determinado.

29. Pero el Plan de Negocios solo no basta para alcanzar el  éxito. Se requiere además un buen diseño organizacional, donde este reflejado en forma clara la responsabilidad que cada posición tiene en el proceso y las competencias que son requeridas para  alcanzar con éxito los resultados que se persiguen por parte de quienes detentan las diferentes posiciones. También disponer de indicadores claves de desempeño que midan en forma clara y precisa la contribución que cada puesto debe dar al resultado final. Se debe tener también, y esto es muy importante,una cultura organizacional, que no es otra cosa que una expresión internalizada por cada trabajador de todos aquellos valores que predominan en la organización.

30. Además, en el presente, se hace imprescindible la adecuada administración del acervo tecnológico, comercial y operativo que la empresa posee. Ello constituye un real patrimonio aunque no se pueda poner en el balance. Pero también hasta donde sea posible es importante poder identificar -visto en un esquema costo/beneficio- las utilidades que genera cada posición, teniendo muy claro que en el mediano y en la largo plazo solo sobrevivirán aquellas empresas que sean capaces de organizarse para que cada uno de sus procesos contribuya en la cadena de valor de manera especifica y medible . En ello radicará buena parte del  éxito.

Econ. Rafael Peña Álvarez