82.- Un buen gerente debe tener presente que rutinas en alguna ocasión fueron útiles, cuando pierden vigencia destruyen la vitalidad de una organización y pueden producir su atrofia. De allí la imperiosa necesidad de detallar a tiempo cuando las rutinas comienzan a ser poco funcionales para cambiarlas. En ese sentido es importante estar permanentemente observando el adecuado funcionamiento de la organización que se gerencia para eliminar normas y procedimientos obsoletos e infuncionales.

83.- Un gerente competente es mucho más importante en épocas de incertidumbre que en épocas de alta estabilidad. Por ello es importante que él reúna la mayor experticia posible que no es otra cosa que haber convertido en experiencia los errores del pasado. Si así lo ha hecho podrá aplicar en su diario desempeño ese cumulo de conocimientos adquiridos y procurará reinventarse continuamente para estar a la par con el ritmo cambiante del mundo y así poder superar a sus competidores.

84.- Debemos tener siempre presente que nuestros pensamientos moldean nuestras vidas. Si pensamos mal de nuestros socios, de nuestros compañeros de trabajo, de nuestros clientes o de nuestros proveedores, eso marcara nuestra actitud para con ellos. Y la actitud es lo que marca la diferencia. Ella ejerce una influencia enorme en como vemos al mundo y a quienes nos rodean. Marcará una diferencia en como enfrentamos los desafíos. Y nuestra actitud viene de dentro de nosotros mismos. Pongámosla a tono con las circunstancias y actuemos con la convicción que vamos a ser exitosos.

Econ. Rafael Peña Álvarez