Una empresa necesita disponer de forma constante de liquidez para su funcionamiento. Atender pagos a proveedores, pagar nóminas e impuestos y realizar inversiones para exportar o mejorar la productividad del negocio son actividades que las empresas realizan a diario para que la marcha del negocio no se detenga.

Para todo ello es preciso una inyección constante de tesorería, que no siempre la actividad operativa de la empresa puede proveer de forma adecuada por la propia naturaleza del negocio. Por ello, dependiendo del tipo de sector y de la madurez de la empresa, el empresario cuenta con diversas fuentes de financiación potenciales, con sus ventajas y también sus limitaciones.

Ahorros

Es lo primero a lo que recurre un emprendedor para montar su negocio. Es la fuente más barata que existe, ya que no hay que retribuirla ni hace perder poder en la empresa, pero tiene una gran desventaja: se acaba muy pronto.

Bancos

Ha sido la fuente tradicional de financiación de las empresas una vez se han agotado la anterior. Sin embargo, la crisis económica y la concentración de las empresas del sector bancario por los problemas que han atravesado los bancos y cajas de ahorro españoles ha hecho que las empresas tengan problemas para lograr toda la financiación bancaria que necesitan y precisen diversificar sus fuentes financieras.

Emisión de acciones

Es un recurso al que pueden acudir las empresas cuando adquieren un cierto tamaño o cuando están en sectores que captan especialmente el interés de inversores privados, como el tecnológico. Son fondos propios que la empresa no deberá devolver.

Sin embargo, es la financiación más cara que existe, ya que no se remunera a un tipo de interés fijo o variable, sino que la empresa queda comprometida de por vida para repartir sus beneficios futuros entre los accionistas captados.

Emisión de deuda

Se trata de una alternativa a la financiación bancaria que ha tratado de abrirse paso en España, aunque no ha podido desarrollarse como se esperaba. Los principales problemas están en que, para emitir deuda al mercado es preciso solicitar cantidades muy altas de financiación y, además, estas operaciones tienen vinculados unos costes fijos altísimos por gastos como comisiones, auditorías y rating.

Factoring y Descuento de Pagarés

La financiación comercial ha ido creciendo de forma constante durante la última década, convirtiéndose en una alternativa emergente a la financiación bancaria. Consiste en convertir los pagarés y las facturas emitidas a plazo en liquidez a través de operaciones de descuento o de factoraje en una entidad especializada.

Fuente: gedesco.es