La Inteligencia Emocional es la capacidad de percibir e interpretar las emocionas propias y de los demás. La inteligencia emocional en al pyme se convierte en un elemento importante para mejorar la competitividad.

Reconocer y gestionar las emociones en la relación con los clientes, empleados o proveedores puede convertirse en una herramienta poderosa, no consiste en dar el camino libre a lo que se siente sino conocerlas y utilizarla de forma efectiva para el desarrollo personal y empresarial.

Para aplicar la inteligencia emocional en la pyme hay que tener ciertas aptitudes como el autoconocimiento; conocer las capacidades y limitaciones permitirá colocar objetivos ajustados a tus condiciones, saber si realmente trabajan en equipo, cuáles son las reacciones ante los fracasos y cómo impactan los estados de ánimos en el desempeño laboral.

 Después de conocer viene la autorregulación,  cuando sabemos qué es lo que pasa podemos pasar a controlar las emociones y adaptar las diversas situaciones que puedan presentarse.  La identidad de la empresa en sí, su misión, visión y valores pueden ser el motivo de encender el esfuerzo del trabajo en equipo.

Ser empático es una de las aptitudes que más ayudará, ponerse en lugar de los trabajadores, del cliente o del proveedor facilita en gran tamaño la gestión en la empresa.

Es momento de preguntar de qué forma estás manejando las relaciones interpersonales y si sabes interpretar y manejar sus emociones.