¡No todos los clientes son iguales! Y eso algo de lo que se debe tener consciencia desde el principio, para empezar hay que saber qué los impulsa a comprar, cada uno tiene sus propios motivos. Algunos están en búsqueda de una relación a largo plazo con el vendedor o simplemente buscan un servicio rápido y confiable.

Hay clientes que buscan detalles, en los aspectos específicos del producto y normalmente estos buscan los hechos, evita invadirlos con exceso de preguntas. También podemos encontrar los que no saben lo que necesitan, estos clientes necesitan un trato especial, hay que guiarlos, en especial cuando desconocen el producto.

Aquellos que buscan prestigio, a ellos es necesario mencionarles el portafolio de clientes con los que ha trabajado la empresa, en especial aquellos de renombre. Y los impacientes, a quienes podrás reconocer de manera automática por su demostración de desesperación, con ellos hay que ir directo al grano e intentar cerrar el proceso de venta con rapidez.