El desempleo, especialmente el desempleo juvenil, se encuentra creciendo y se convierte en problema sin solución aparente.  Cada día esta situación se agrava, por el aumento de la población y la automatización.

El premio Nobel 2001 de economía Robert Shiller, afirma que la automatización de los empleos se presenta como el “gran reto de nuestra época“. Señala que hay demasiada gente que se preocupa por que los equipos computarizados asuman su trabajo, creando mayor cantidad de desempleo.

Emprendimientos solución al desempleo

La gran solución encontrada para el desempleo es generar emprendimientos. Esto es, en el fondo, que cada cual se las arregle de alguna forma, porque los empleos que se generan, son muy inferiores a la creciente fuerza laboral. Los empleos para cubrir la demanda, ya no pueden ser generados por la empresa privada, ni por los entes gubernamentales.

Cuando se habla de “emprendimiento” y “emprender” el término se refiere a crear un nueva empresa privada, ajustada a las reglas económicas de la llamada libre empresa. La RAE define emprender como: “Acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”. Todo emprendimiento es por tanto, un gran riesgo.

Asumir el riesgo

Condición indispensable de emprender un negocio es aceptar que se debe invertir tiempo y dinero (a veces mucho) en una actividad que no tiene ninguna seguridad de ser exitoso. Riesgo de perder todo lo que se ha invertido y quedar adicionalmente con deudas, es lo primero que debe entender quien quiere se emprendedor. Tomar la decisión de asumir un riesgo de ese tipo, solo pueden hacerla muy pocos.

Los estudios muestran que de cada 10 emprendimientos que se inician, 8 de ellos se cierran antes de completar un año de vida. Una mortalidad empresarial muy grande. Es difícil encontrar a quienes tengan el coraje de enfrentarse a ella.

Los burócratas, que dan cátedra sobre emprendimientos, ninguno de ellos tomó jamas el riesgo de iniciar una empresa. La labor de los burócratas – como me explicaba uno de ellos – es “estudiar los fenómenos, desde su oficina (bureau), y presentar cuadros de la situación”. En ningún caso su labor es sugerir soluciones y menos implementarlas. Ellos no toman riesgos, aunque lo aconsejen. Dicen “hagan lo que yo digo, pero no lo que yo hago”. No se dan cuenta que los humanos, como animales, aprendemos solo con el ejemplo.

Emprendedores y conocimientos

La gran mayoría de los emprendedores exitosos – que he conocido personalmente – tenían cuando máximo la secundaria completada, o menos que ello en muchos casos. Esos emprendedores iniciaron sus empresas por la urgente necesidad de tener un medio de vida. Es sabido que Bill Gates, Amancio Ortega, Steve Jobs y S. Wozniak, al igual que muchos de los  millonarios del mundo, no tenían títulos universitarios, cuando crearon sus empresas.

Pareciera que la intención o ánimo de emprender se da mucho antes de llegar a las aulas universitarias. Son muy poco los profesionales, con títulos universitarios, que han creado empresas. Y ello es natural, ya que si alguien se graduá de una carrera universitaria, lo que quiere es ejercer la profesión para la cual se ha preparado. Su vocación le indica ejercerla, no hacer algo diferente.

Subempleo preferido al “emprendimiento”

Profesionales que no encuentran trabajo, si necesitan dinero para sobrevivir, toman cualquier empleo disponible. Son muchos miles los de egresados de estudios superiores que, al verse desempleados, trabajan  en empleos inferiores a los estudios que realizaron.

Los “call centers” se encuentran llenos de profesionales de todas las ramas del saber, que han tenido que aceptar un trabajo cualquiera para sobrevivir. A estos trabajos le llaman “trabajos puente”, esto es algo pasajero mientras se colocan en un empleo en que puedan practicar lo que han aprendido.

Los desempleados que no quieren “dañar sus CV”, tomando trabajo menores, siguen haciendo la larga fila para conseguir un puesto fijo a su nivel, los cuales cada día se ponen más difíciles de encontrar.

Contradicciones claras y evidentes

Vivimos en un mundo lleno de inmensas paradojas y contradicciones. Los políticos que nunca hicieron un emprendimiento, porque siempre trabajaron para los partidos políticos o los gobiernos, dictan cátedras de la forma de hacer emprendimientos.  Impulsan a otras organizaciones y hasta les dan subsidios a fundaciones manejadas por burócratas, para promover la creación de nuevas empresas privadas.

Financiamiento de los emprendimientos

En nuestros países el conseguir dinero para un emprendimiento es imposible. Solo se pueden financiar consiguiendo dinero de familiares.

Los inversionistas “ángeles” solo financian algunos emprendimientos que tengan un enorme potencial de ser exitosos. Sin garantías reales los bancos no financian empresas de riesgo. Y en general todos emprendimientos son de alto riesgo.

Los emprendimientos para desarrollar sitios Web y apps no requieren inversiones fuertes, por lo que han proliferado, por ser  muchos los que estudiaron programación de computadoras y se encuentran sin trabajo.

Una situación diferente es cuando se trata de emprendimientos agrícolas o industriales, en los cuales las cantidades de dinero, solo para iniciar el emprendimiento son enormes.

Actividades artesanales

No hay duda que muchos emprendimientos  – que hoy son enormes empresas – comenzaron de forma artesanal, muy en pequeño. El caso de Amansio Ortega, propietario de las de las Tiendas Zara, es su primera esposa quien inicia su empresa con tan solo una máquina de coser. Como muchos otros emprendimientos se inicia desde la casa, en forma completamente artesanal. En el 2015 Ortega es el hombre más acaudalado de la tierra.

Comenzar como artesano, es muy difícil que lo haga un egresado de la universidad. Después de cinco o siete años de estudio universitario, agregados los de la secundaria, es bastante absurdo que alguno de ellos quiera rebajarse a comenzar de cero, para ganarse la vida. Si se ha completado una profesión es lógico, que se quiera trabajar en ella.

Partiendo de artesanías hay que tener mucha suerte y conseguir un excelente vendedor para poder crecer, y no quedarse el resto de la vida como un pequeño artesano.

El periodo entre el inicio de la empresa y en el momento que las ventas comiencen a ser mayor que los gastos, normalmente es muy largo. Pueden ser meses o años, y requieren de gran dedicación, dinero del propio bolsillo o de familiares que quieran ayudar.