Buscar oportunidades para crear un nuevo negocio es algo que emociona al nuevo emprendedor. Sin embargo, dentro de esta constante e interminable tarea, uno puede llegar a encontrar con clientes que involuntariamente te enseñan mucho y otros malos clientes con una alta dosis de ego y mal trato.

En este sentido, no todos los clientes compran en igual nivel y tampoco sus compras tienen igual rentabilidad. Aun así, los estudios señalan que la atención de cualquiera de los dos demanda casi la misma cantidad de recursos (personal, horas, teléfono, etc.).

Los expertos recomiendan clasificar a los clientes en función de la importancia relativa de sus compras y la potencialidad del futuro crecimiento de las mismas, así como el impacto de imagen o de referencia que otorga tener esa cuenta.

A partir de allí, establecer una política de precios que favorezca al nicho buscado; estimular con servicios adicionales a los clientes de preferencia y direccionar las acciones de venta hacia estos últimos.