La gran diferencia entre vender un producto a vender servicios es la falta de algo “tangible”. A pesar de esto, los procesos de ventas de ambos son muy similares. Lo primordial es determinar cuál es tu misión, que realmente haces y ofreces en pocas frases, que podrás utilizar posteriormente cuando te encuentres con un cliente potencial.

Preséntate ante las empresas que puedan necesitar del tipo de servicio que ofrece tu compañía, si has evaluado previamente al cliente potencial puedes tomarte un poco de tiempo para hacer un pequeño proyecto personalizado y presentárselo, no debes incluir todos los detalles, solo información de enganche.

¡Haz tu oferta mucho más atractiva! Durante la negociación y ofrecimiento de los servicios puedes incluir algunas prestaciones adicionales o bonos que estén dentro de las posibilidades de la empresa, recuerda que afuera tienes competencia y debes diferenciarte.

Si tu empresa ya tiene más estabilidad en el mercado utiliza las conferencias, conversatorios o cursos especializados como herramienta para promover tus servicios.