Parece algo sencillo definir un objetivo empresarial, sin embargo hay muchos elementos que deben ser tomados en cuenta al momento de plantear una meta, en primer lugar al definirlo debe contar con dos componentes importantes; primero una cantidad o volumen que pueda asignarse a una persona o equipo y dos u tiempo estipulado para lograrlo.

Cuando hacemos un objetivo su descripción se basa en lo que se quiere obtener y cuando es posible obtenerlo, dejando a un lado los deseos o políticas de la empresa. Debe ser específico en su descripción. Además es importante su coordinación en tiempo; inmediato, corto o largo plazo, coordinación a nivel de departamentos u horizontal, si el objetivo, por ejemplo es del departamento de producción, debe estar entrelazados con los de compra y financieros. Su coordinación vertical se refiere a posicionarlos en forma de pirámide, colocando el más importante en la cúspide.

Para establecer un objetivo empresarial lo más recomendable es la integración, es decir ver la definición de objetivos como una decisión grupal y no individual. El papel del líder es vital, este debe capacitar a las personas e inspirarlos a cumplir los objetivos empresariales e individuales.

Un objetivo empresarial debe tener un aspecto innovador y desafiante para poder motivar  a las personas, debe ser ambicioso pero alcanzable.