En torno al desarrollo del emprendedor se han creado una serie de mitos. El licenciado  Guido Sanchez menciona  los más comunes:

1. Yo no nací para ser empresario.
Los empresarios no nacen, los empresarios se hacen.  Las aptitudes empresariales se adquieren y se desarrollan .Tal cual como aprender un idioma, así podemos adquirir las habilidades de desarrollar una empresa.

2. El empleo es seguro, los negocios no lo son.
Debido a este mito, los profesionales empleados  viven asustados por el monstruo de la pérdida del empleo y todavía se aferran a sus puestos sin decidirse a lanzarse a la piscina del autoempleo y el emprendimiento.

3. Mi profesión no es para formar empresas.
En realidad lo determinante en el desarrollo de los empresarios son las aptitudes, actitudes y habilidades adquiridas más que los conocimientos. En este sentido la profesión es un complemento para el desarrollo empresarial. Es más. El desarrollo empresarial no es incompatible con el desarrollo profesional.

4. Sin capital no puedo hacer empresa.
Esto no es cierto y más bien es una simple justificación para no iniciar nada. En  la mayoría de los casos, los empresarios requieren muy poco dinero en sus inicios y la mayoría de éste viene de ahorros y préstamos familiares. Al contrario, muchas veces la abundancia de dinero más que una ayuda es un problema, pues no se valoran las decisiones y se cometen grandes desperdicios económicos.

5. Los empresarios no planifican sino van haciendo las cosas.
Todos  empresarios exitosos y que se mantienen son muy cuidadosos con el proceso de planificación. Ellos, además, se fijan metas realistas. El cumplimiento progresivo de estas metas estimula a seguir metas cada vez más ambiciosas. Cuando el empresario se fija metas poco realistas y que no son cumplidas les genera frustración.

6. Los empresarios son personas que no pudieron destacar en otros campos
Los de bajo rendimiento académico, los despedidos del trabajo, los que no encuentran empleo, los  migrantes y no les queda otra alternativa que dedicarse a la actividad comercial. En realidad, los empresarios de éxito sueñan con el negocio propio y exitoso.

7. Con el primer negocio me enriquezco.
En la mayoría de los casos los empresarios exitosos lo son después de varios intentos.  Los empresarios persisten a pesar de los errores y aprenden  que el   fracasos no existe, sino las  experiencias de aprendizaje. Aprender de los errores propios y ajenos los hace experimentados y  más cuidadosos  para las decisiones futuras.

8. Todo lo que se necesita es suerte.
Los empresarios no son arriesgados. Un empresario exitoso primero mide y calcula el riesgo de sus acciones y luego arriesgan. Dejan, prácticamente, ningún margen para el azar. En realidad, la suerte, es la capacidad de ver y apreciar las oportunidades, es el aprovechar y maximizar épocas buenas y minimizar el impacto de las épocas malas.

9. En nuestro país no es posible hacer empresa.
Con mucha frecuencia se plantea cómo la situación económica, política, legal, y en general ambiental es difícil o poco favorable. En general es muy saludable un ambiente de estabilidad jurídica y económica para el desarrollo de las empresas, pero la gente siempre se queja de las condiciones, en vez de hacer algo al respecto.

10. El apoyo del Gobierno al desarrollo de las empresas es insuficiente.
Los empresarios de éxito han desarrollado actividades en circunstancias muy adversas y con muy poco o ningún apoyo. El proteccionismo y, peor aún, el asistencialismo lo que propician son empresas obesas y poco competitivas.

 Fuente: www.emprendepyme.net